Actualmente es muy común padecer de intolerancia a un alimento de consumo habitual. Ésto es debido, en parte, al desarrollo de la industria alimenticia que ha modificado en forma drástica la estructura molecular y genética de muchos alimentos, lo que ha provocado la aparición de macromoléculas para las cuales nuestras enzimas no están adaptadas.
Además, la introducción de diversos productos químicos en el organismo de los animales de ganadería y en las plantas cultivadas y la posterior manipulación industrial, han provocado en ellos la aparición de toxinas alimentarias y un empobrecimiento de nutrientes.
Algunos de los alimentos menos tolerados son la leche de vaca, el azúcar blanco y edulcorantes sintéticos , el maíz y determinados cereales los cuales contienen gluten, como el trigo.
Algunos alimentos dañan a la mucosa de nuestro intestino el cual se vuelve hiperpermeable, permitiendo el paso de sustancias potencialmente “peligrosas” al interior de nuestro organismo, produciendo su intoxicación.
Como consecuencia, además de síntomas digestivos, podrían aparecer trastornos como alergias, migrañas, astenia, enfermedades autoinmunes, alergias cutáneas...
Este estudio está indicado en personas que sufren de:
Obesidad
En personas obesas que no responden a los tratamientos habituales de adelagazamiento se ha experimentado una notable pérdida de peso al eliminar los alimentos intolerantes de la dieta.
Trastornos gastrointestinals
Dolores abdominales, diarreas, síndrome de cólon irritable inducen a pensar en una intolerancia alimentaria
Trastornos dermatológicos
Acné, eczema, psoriasis, urticaria, picores en la piel
Trastornos emocionales
Ansiedad, letargia, fatiga, hiperactividad en niños
Molestias neurológicas
Migrañas, dolor de cabeza, vértigos
Molestias respiratorias
Asma, rinitis, procesos alérgicos
Molestias estructurales
Artritis, fibromialgia, articulaciones inflamadas
En el tratamiento, a parte de eliminar de la dieta los alimentos intolerantes, se recomienda una dieta i un tratamiento para mejorar la intolerancia con productos naturales.
La mayoría de pacientes bajan a la mitad las intolerancias alimentarias al cabo de dos meses de tratamiento.
Para diagnosticar una intolerancia alimentaria existen diversos procedimientos diagnósticos. Uno de ellos es la Kinesiología Holística. La KH es un método de evaluación y diagnóstico no invasivo, cómodo y eficaz, que trabaja a nivel del sistema nervioso. El test consiste en un test muscular en el que se utilizan unos test y diferentes estímulos, sobre puntos específicos de nuestro organismo, y observando las reacciones o desequilibrios que estos producen, es posible detectar la existencia de una intolerancia hacia el alimento que ha provocado dicha reacción.
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